Me encierro en mi
mente, como siempre, buscando una explicación a todo, incluso a lo
que no existe.
Hace tiempo que no
pienso en nada en concreto, pero que a la vez, pienso en todo. Pero
encerrado en el pozo de los pensamientos, intento buscar la
explicación de todo aquello que siento, dentro, y fuera de mi
cuerpo.
Mi cabeza, es como
una juguetería, en la que se está permitido probar los cacharros
sin miedo a partirlos, pues eso, me hace feliz, pero cuando todo se
encuentra en calma, parado como el mar plato a las 8 de la mañana,
desaparece todo sentimiento, de felicidad, dolor o miedo, y es cuando
la magia comienza a hacer de las suyas.