Me encierro en mi
mente, como siempre, buscando una explicación a todo, incluso a lo
que no existe.
Hace tiempo que no
pienso en nada en concreto, pero que a la vez, pienso en todo. Pero
encerrado en el pozo de los pensamientos, intento buscar la
explicación de todo aquello que siento, dentro, y fuera de mi
cuerpo.
Mi cabeza, es como
una juguetería, en la que se está permitido probar los cacharros
sin miedo a partirlos, pues eso, me hace feliz, pero cuando todo se
encuentra en calma, parado como el mar plato a las 8 de la mañana,
desaparece todo sentimiento, de felicidad, dolor o miedo, y es cuando
la magia comienza a hacer de las suyas.
Cuando hablo de
magia dentro de mi cabeza, no hablo de trucos baratos de televisión,
ni de nada alegre, si no de la búsqueda insaciable del todo.
Existen teorías
múltiples bajo el razonamiento mas irracional que encuentran el
significado de casi cualquier acción, palabra o utensilio, pero a
veces, en una mente algo desbarajustada, el significado es
insuficiente y se intenta conseguir algo mas.
En un día como hoy,
donde lo razonable es pensar en el ayer, el mañana se encuentra mas
presente que el futuro inexistente, por eso, intento conocer si el
mañana es posible de alcanzar, o solo, sirve como expresión.
Se que todo parece
una locura, pero cuando la expresión “el dia de mañana...” es
utilizada sin control, uno comienza a darse cuenta de que es
imposible llegar a ese día. El mañana seguirá existiendo, sin
poder convertirlo en el hoy, o en el ayer, con lo cual, podemos
llegar a una sencilla conclusión.
El mañana, será
siempre el mañana, sin la posibilidad de alcanzarlo ni vivirlo,
puesto que no podremos cambiar el significado original de la palabra,
pero si, podremos convertir lo que ocurrirá el día de mañana, en
lo que viviremos el día de hoy.
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